sábado, 19 de mayo de 2012

SHANNON K BUTCHER _Información The Sentinel Wars_


No hay mucha información sobre los próximos lanzamientos de la Saga The Sentinel Wars de Shannon K Butcher, pero al menos ya tenemos la confirmación de quien protagonizará el 7º libro de la saga, el cual ya está escrito y revisado.
 

-El 7º libro de los Centinelas tiene el título provisional de FALLING BLIND
Estará protagonizado por Cain.

Shannon ha respondido también en su Twinner a una pregunta hecha por una de sus fans, en la que confirma:
 
-Torr tendrá libro, pero no garantiza que Grace vaya a estar en él.






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Cita del Día: TIME UNTIME -Sherrilyn Kenyon-




Cita del Día de Time Untime:

—Por curiosidad, ¿Por qué habrías intentado destruir el mundo?
—¿Alguna vez has intentado encontrar aparcamiento en Navidad? ¿Comprar una camisa en una tienda el día después de Acción de Gracias? Esas dos cosas por sí solas harían que dudases de la humanidad de la gente, y te hace cuestionarte si la supervivencia de las especies está en los intereses de alguien. ¿Por qué luchamos, de todas formas? ¿Por las rebajas de los Grandes Almacenes?

Carl
MB Staff




Fuente: Facebook de Sherrilyn Kenyon
Traducción: Letras de Romance

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viernes, 11 de mayo de 2012

Cuotes de TIME UNTIME -Dark Hunter Series- Sherrilyn Kenyon


Aquí os dejo unas citas que Carl ha compartido con los fans de la serie en el facebook sobre el último libro de la saga Dark Hunters que saldrá a la venta en Agosto.




Cuote 1#
Algo que le dice Acheron a Ren:

“Pero hasta que ese día llegue, tenemos que intentarlo y recordar que ese hogar no es un lugar o una persona específica. Es un sentimiento que llevamos dentro de nosotros mismos. Ese toque de divinidad que ilumina un fuego en nuestro interior que hace arder el pasado y consume el dolor hasta que no queda nada que no sea el calor que nos permite amar a otros más que a nosotros mismos. Un calor que sólo crece cuando hacemos lo correcto incluso mientras otros buscan hacernos daño. La paz es saber que una vida, sin importar lo trivial que parezca, toca a otros miles, y aprender a respetar eso en todas las demás personas. Aunque no puedas significar mucho para el mundo, para aquellos que realmente te conocen y te quieren, eres su mundo.”

Cuote 2#
Acheron dejó escapar una corta y amarga carcajada.

“La verdad es siempre simple, pero el camino a ella está lleno de espinas y con trampas a lo largo del camino. Nuestros temores y nuestras emociones nublan incluso el día más brillante y la más clara verdad. Hablar es gratuito, pero las se cobran con sangre. No puedes plantar el jardín hasta que hayas preparado el suelo. Y nada nuevo puede crecer hasta que lo antiguo muera. Pon tu pasado a descansar, Ren, así tu futuro podrá liberarse de aquellos fantasmas. No podemos cambiar lo que hemos hecho, pero siempre podemos cambiar lo que vamos a hacer.”

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miércoles, 9 de mayo de 2012

Shadow´s Claim -The Dacians- La nueva serie de Kresley Cole




La Autora de la lista de Bestsellers del NYT Kresley Cole nos presenta a The Dacians, una nueva colección de romance paranormal que sigue la línea de sangre real de Dacia, un reino vampiro oculto con el Lore de los Inmortales Después del Anochecer.


Shadow Claim lo protagoniza el Príncipe Trehan, un maestro asesino que hará cualquier cosa por poseer a Bettina, su hermosa compañera Hechicera, incluso competirá en un torneo de deporte sangriento a muerte.

Él no puede ser negado.

Trehan Daciano, conocido como el Príncipe de las Sombras, ha pasado toda su vida sirviendo a su gente, acechando en la noche, ejecutando silenciosamente cualquier amenaza para su reino. El frío y disciplinado espadachín nunca ha deseado nada para sí mismo… hasta que contempla a Bettina, la codiciada guardiana de dos de los Lore más temidos.

Ella está vinculada a otro.

Desesperada por ganarse la aprobación de sus guardianes después de un error que le destrozó la vida, la joven Bettina no tiene más elección que casarse con cualquiera que sea el pretendiente que sobreviva –incluso aunque haya entregado su corazón a otro. Con todo, un letal competidor, un misterioso espadachín, invade sus sueños, tentándola con prohibido placer.

Una batalla por su cuerpo y alma.

Incluso si Trehan puede sobrevivir a la castigante competición para reclamarla como esposa, la verdadera batalla por el corazón de Bettina está todavía por llegar. Y liberar un milenio de salvaje necesidad podría espantar a su Novia… o alimentar el propio deseo enfebrecido de Bettina…


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Sneak Peak de TIME UNTIME -Serie Dark Hunter- Sherrilyn Kenyon

Os dejo un adelanto del nuevo libro de Sherrilyn Kenyon de su saga Dark Hunter que saldrá a la venta en Agosto de 2012. No sé a vosotras, pero a mí ya me ha enganchado.







10 de Diciembre de 2012
Kateri Avani se sacudió el sueño de encima ya que estos la atormentaban. Ya no era una mujer adulta, volvía a ser una niña pequeña sentada en la casa de su abuela, jugando con las muñecas que su abuela les había hecho a ella y a su prima Sunshine del maíz que crecía en el jardín trasero. Con apenas doce años, Kateri pasó la mano sobre el pelo negro de maíz de su muñeco.
Su abuela se sentaba a su lado, ante la antigua mesa de cocina roja, pelando guisantes mientras hablaba a Kateri con ese tono tan gentil que la hacía sentirse segura en un mundo que había sido de todo menos eso.
—Sabes, Ter, hay un dicho común entre la gente que dice que el amor al dinero es la raíz de todo mal. Pero nada podría estar más equivocado —ella terminó de desgranar los guisantes y tiró con la vaina en el cubo para desechos orgánicos a sus pies—. Antes de que se inventase el dinero o incluso el sistema monetario, todavía existía el mal.
Sin estar muy segura de por qué su abuela le decía eso, Kateri arqueó una ceja con seriedad.
El pelo blanco de su abuela estaba trenzado y retorcido alrededor de su cabeza en un intrincado moño que Kateri había intentado perfeccionar una y otra vez. Al contrario que el de su abuela, el suyo siempre acababa en un desastre que dejarían sus trenzas sueltas tan pronto como se moviese lo más mínimo.
Después de subirse las gafas con los nudillos, su abuela hizo una pausa en su aleccionamiento para coger más guisantes en la cesta de paja artesana que había en la mesa y meterlos en la cazuela de plata que sostenía en su regazo. Apuntando a Kateri con uno de los largos tallos del guisante, la penetró con aquellos ojos dorados que contenían todo el fuego de una fuerte mujer versada en los espíritus y la medicina.
—Presta atención, niña. Ni el dinero ni la avaricia destruyen a la humanidad, y definitivamente no arruínan la vida de un sólo individuo. Al contrario, es algo mucho más siniestro. Estos son simplemente los síntomas de la verdadera enfermedad que corrompe de dentro hacia fuera.
Los ojos de Kateri se abrieron desmesuradamente.
—¿Qué corrompe a la gente?
—La envidia —dijo en un tono escalofriante—. Es la más mortal de todas las cosas, niña. Eso fue lo que motivó el primer crimen de la humanidad, cuando un hermano mató a otro por ninguna otra razón que el hecho de pensar que su hermano era el más favorecido. Superficialmente, es una hermosa palabra. Pero al igual que todo lo malo, esa belleza es engañosa y atrae al incauto su captura y ruina. Como el remolino del diablo, antes que se den cuenta, se ven atrapados en él y no pueden escapar sin importar con cuanto empeño lo hagan.
—¿Qué hace la envidia? —preguntó ella, con el corazón latiéndole acelerado. Si era tan malo, entonces ella nunca, jamás, la querría.
Su abuela echó los guisantes a un lado, sus movimientos más frenéticos.
—Del latín invidi lo cual quiere decir causar resentimiento o hacer daño a otr, la envidia es esa incapacidad de sentir alegría hacia la buena fortuna de alguien o desearles bien incluso aunque se lo merezcan. Es cuando envidias a alguien sus momentos al sol o el hecho de que tenga una vida que piensas que es mejor que la tuya, incluso aunque todos tengamos dolor y tristeza. Las vergüenzas y las cosas que nos acechan. De eso, nadie es inmune.
—Yo nunca haré algo como eso, Abuelita —aseguró Kateri—. Yo soy más inteligente.
Su abuela le sonrió con cariño.
—Lo sé, cariño. Pero la advertencia lleva a la repetición. Es muy fácil caer en esta causa, y dejar que el odio y la amargura destrocen tu propia felicidad —ella le pasó a Kateri varios guisantes crudos para que se los comiera mientras continuaba descascándolos—. Cuando era una niña de tu edad, mi abuela me contó una historia que le había contado su abuela. Incluso aunque yo era muy joven cuando la escuché, esta se quedó conmigo durante toda mi vida.
Kateri masticó los guisantes mientras escuchaba. Siempre le encantaron los cuentos de su abuela.
—Un día, un niño fue a su abuelo el cual era un anciano jefe Cherokee. “¿Edudi?” Preguntó el chico. “¿Por qué estás triste?”
El viejo jefe se mordió el labio y se frotó la tripa como si le doliera muchísimo el estómago. “Hay una terrible lucha en mi interior, Ujgeeleesee” le dijo el jefe. “Una que no me deja dormir o encontrar paz”
Ella acarició la nariz de Kateri con la vaina del guisante y representó los ojos abiertos y sorprendidos del niño. “¿Una lucha, abuelo? No lo entiendo. ¿Qué tipo de lucha hay en tu interior?
Kateri robó otro puñado de guisantes del recipiente de su abuela.
—El viejo jefe se arrodilló frente al chico para explicarle. “En lo más profundo de mi corazón, tengo dos lobos. Cada uno lo suficientemente fuerte para devorar al otro, ellos están en constante guerra. Uno es mal sobre mal. Él es la venganza, la pena, la lástima, la rabia, la codicia, la arrogancia, la estupidez, la superioridad, la envidia, culpa, mentiras, ego, faso orgullo, inferioridad, duda de sí mismo, sospecha y resentimiento. El otro lobo es toda bondad. Él está hecho de paz, tranquilidad dichosa, sabiduría, amor y alegría, esperanza y humildad, compasión, benevolencia, generosidad, verdad, fe y empatía. Ellos se acechan el uno a otro en mi corazón y luchan el uno con el otro todo el tiempo. Día y noche. Sin descanso. Ni siquiera mientras duermo”. Los ojos del chico se abrieron desmesuradamente mientras aspiraba con fuerza el aire—. “¡Qué horrible debe ser para ti!”. Su abuelo negó con la cabeza ante esas palabras y golpeó el pecho del muchacho justo dónde estaba su corazón. “No es tan horrible para mí. Esta misma lucha está también en tu interior y en la de cada persona que camina sobre la tierra con nosotros”.
Kateri se tocó su propio corazón mientras se preguntaba si esos lobos estarían también en su interior.
—Aquellas palabras aterraron al niño —continuó su abuela—. “¿Así que dime, Abuelo, cuál de los lobos ganará esta lucha? El viejo jefe sonrió a su hijo y ahuecó su joven mejilla antes de responder con una simple verdad. “Siempre ganará el único al que alimentemos”.
Esas palabras hicieron eco a través del sueño de Kateri mientras intentaba desesperadamente despertarse. “Ten cuidado de lo que alimentas, niña. Esa bestia te seguirá a casa y vivirá contigo, incluso hará una cama para quedarse o encontrará la temeridad de salir”.
Pero su abuela no se quedó sólo en las advertencias. Llevó a Kateri de la mano y la arrastró a través del tiempo. Entraron en un lugar que era misterioso y extraño, y al mismo tiempo, era familiar. Como si ya hubiese estado antes allí y lo hubiese olvidado.
O se hubiese desvanecido.
Aunque los arrolladores vientos estuviesen calientes, hacían que su sangre se helada con temor —como si hubiese algo realmente malo allí. Algo que deseaba su muerte. Todo a su alrededor, las estalagmitas y las estalactitas formaban bestias deformes añadiéndose a su incomodidad. Las paredes de tierra roja le recordaban al país de Martian. Más que eso, esas paredes contenían fragmentos de pasadas batallas entre guerreros y una serpiente emplumada elevándose sobre ellos, respirando fuego por la nariz como si intentara vencerlos.
—Esto es dónde el final da comienzo.
Antes de que pudiese preguntarle a la abuela que quería decir, Kateri vio una sombra moviéndose a través del suelo. Esta la agarró desde atrás y la atrajo de espaldas contra un pecho duro como una roca. Se sentía tragada por el tamaño del hombre que la sostenía con una facilidad que la aterraba. Vestía una camisa de lino blanca, chaleco negro y vaqueros, su largo pelo de ébano le caía a mitad de la espalda. Ojos oscuros brillaban en un rostro tan perfectamente esculpido que no parecía real.
Familiarizada con este extraño, se relajó.
Hasta que habló.
—Para siempre —le susurró al oído un instante antes de que hundiese un cuchillo profundamente en su corazón, entonces la lanzó al suelo para que muriera.
Temblando y aterrada, Kateri se despertó empapada de un sudor frío ante el sonido de su reloj despertados. Las cuatro y media de la mañana, su habitación estaba completamente a oscuras, pero incluso así sentía una presencia cerca de su cama. Más que eso, olía la loción de Jurgen y hierbabuena.
El aroma de su abuela. Sólo había habido otra vez en la que se había despertado con esa sensación y olor. La noche en que su abuela había muerto mientras había estado en el colegio. La piel se le había puesto en carne de gallina mientras las lágrimas caían de sus ojos.
—¿Eleesee? —susurró, utilizando la palabra Cherokee para abuela.
El relámpago estalló, iluminando las sombras en su dormitorio. Kateri jadeó cuando en una esquina apareció la sólida forma de una mujer.
Sólo que no era su abuela. En su lugar, era retorcida y horrible. Fea.
Peor, la sombra embestía hacia ella.
Reaccionando por puro instinto, Kateri alzó el brazo y susurró las antiguas palabras de protección que su abuela le había hecho aprenderse de modo que pudiera luchar con las pesadillas siempre que vinieran a ella. Como la había enseñado, empujó al invasor con sus pensamientos, apartándolo de esta existencia al reino del que había llegado. La criatura gritó cuando alcanzó la cama y su cara se acercó hasta quedar a unas pulgadas de la suya. Sus ojos huecos parpadeaban igual que las llamas antes de que este retrocediera como si hubiese sido golpeado por un campo de fuerza. Con un chillón graznido, explotó en la forma de una fiera criatura que se transformó y voló a través de la ventana en la forma de un cuervo.
No. No un cuervo común.
Un Cuervo.
Escalofríos descendieron por su columna mientras sus recuerdos la llevaban a un lugar y época a dónde no deseaba ir.
Era un Cuervo Burlón. Seres marchitos que sólo se revelaban a aquellos que iban a morir.
A las almas que tenían la intención de devorar.
Kateri sacudió la cabeza con fuerza. No, ella no creía en tales cosas. Aquellas eran historias que su abuela le contaba para divertirla  o asustarla cuando era niña. Leyendas antiguas. Soy una científica. Sé que no existen las bestias cambiaformas que roban las almas de los muertos.
Era imposible.
Pero su abuela los había creído, como también lo hacían los Cherokee que vivían en la reserva en la que su abuela había atendido. Tanto así que su abuela había sido convocada cada vez que alguien se moría. Día y noche, hasta que pasaran, su abuela mantenía vigilancia para proteger al moribundo del Cuervo Burlón.
“He combatido muchos de ellos en mis días, niña. Y al igual que yo, un día tú tendrás la habilidad para verlos también. Para luchar con ellos por las almas que vienen a robarse. Es tu honor seguir con ello después de mí. Y cuando llegue mi momento, quiero que sostengas mi mano mientras cruzo la próxima aventura y protejas mi alma hasta que esta quede libre de mi viejo cuerpo. Entonces yo viviré en las estrellas y te veré desde allí, vigilándote cada noche.
Ese era un sueño que nunca se había hecho realidad. En vez de morir pacíficamente en su sueño como había visto en sus visiones, su abuela había sido asesinada por alguien que había invadido su hogar mientras Kateri estaba a miles de millas de distancia.
No pienses en ello. Cada vez que lo hacía, la rabia —oscura y absurda— la inflamaba y le costaba todo lo que tenía no convertirse en una vigilante rabiosa. Su abuela había sido la más tierna y gentil criatura que había nacido y algún psicópata la había pateado su puerta y…
¡Para! Tenía que volver al trabajo, así que…
Sus pensamientos se dispersaron mientras deslizaba la mirada sobre la cómoda. Allí encima, cerca de la foto en la que estaban ella y su prima Sunshine sentadas en el regazo de su abuela, estaban las muñecas con las que había soñado. Muñecas que no había visto en años. No desde el verano en que había cumplido dieciséis y su abuela la había conducido a través del ritual que simbolizaba su paso de la niñez a la adultez.
Esas muñecas habían ardido hasta las cenizas ese día.
Pero eso no era lo que realmente la asustaba.
Mientras había estado dormida, alguien había entrado en su dormitorio y escrito en el espejo con una pastilla de jabón  algo que su abuela había hecho siempre que Kateri se había quedado con ella. Pequeñas notas tales como “te amo”, “buena suerte con tu examen” “que tengas un buen día en el colegio” “no olvides el jersey” o algo parecido.
Pero esta nota no era dulce.
Lleva mi nayu al Valle de Fuego, dónde la más pura tierra debe domar al cuervo. Escucha al búfalo y protege la mariposa. Juntos, sois más fuertes que cualquier enemigo. Y recuerda, Waleli, cuando el coyote venga y la serpiente ataque, devora al oso o el oso te devorará.
A mitad del día, eso habría sido irritante de leer. Esta mañana temprano, era condenadamente cruel.
No estoy de humor para esta mierda.
—¿Quién hay ahí? —gritó.
Sólo le respondió el latido de su corazón. Llamaría a la policía, ¿pero con qué propósito? Hey, oficial, me he despertado y he encontrado este realmente críptico mensaje sobre mi espejo escrito por alguien que debía estar colocado o borracho o… No, oficial, ya no están aquí y no tengo idea de por qué  harían algo como esto, pero, ¿puede descubrir quiénes son y decirles que no me dejen más notas? ¿De quién sospecho? No tengo idea. Solo mi anciana abuela me dejaba notas como esta.
Sí, eso iría de maravilla y con su suerte, la encerrarían a ella por falso testimonio.
O peor, llamarían a una unidad psiquiátrica.
Pero lo que realmente la molestaba de esa nota era que la llamaba Waleli… Colibrí. Ese era su nombre real, el que su abuela le había dado en su nacimiento. Uno que no había estado en el papeleo que su madre había llenado para su partida de nacimiento. Nadie vivo lo sabía.
Nadie.
Así que su abuela la había visitado o…
No crees en fantasmas.
Cierto, ¿pero qué otra posible explicación había? ¿Por qué irrumpiría un completo extraño en su casa, sin robar nada, ni hacerle daño para escribir eso?
¿Cómo sabían sobre su nayu o el nombre que su abuela solo utilizaba cuando estaban a solas?
Kateri sacudió la cabeza.
Quizás eso era lo que el cuervo burlón había estado haciendo.
Sí claro, la idea de un cuervo burlón escribiendo con jabón en su espejo sonaba incluso más ridículo y absurdo que la teoría del fantasma, ¿pero qué le quedaba?
Una vez que eliminas lo imposible, todo lo que permanece, no importa cuán improbable sea, debe ser verdad. Ella puso los ojos en blanco cuando su mente le recordó la cita de Sir Arthur Conan Doyle.
—¡Yo no creo en esta mierda, abuela! —gritó al techo. Nunca lo había hecho. Sobrenatural, cuervos burlones, tsinooks, espíritus y chorradas parecidas.
Era científica. Sólo creía en lo que podía ver, saborear, tocar, oler y oír.
Contabilizar.
El resto era material para novelistas y Hollywood. No existía fuera de los sueños.
De repente, algo chilló. Kateri volvió la cabeza hacia el sonido que había venido de la cómoda.
Allí, sobre su espejo, aparecieron más palabras mientras ella las observaba.
Pero yo confío en ti, Waleli. No me falles.
Por encima de todo, no te falles a  ti misma.









Traducido por Letras de Romance
Copyright Sherrilyn Kenyon

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